lunes, 22 de junio de 2009

LA CATALINA

Estaba la Catalina,
sentada bajo un laurel,
mirando la frescura de las aguas al caer.
De pronto pasó un soldado
y lo hizo detener:
'detengase usted soldado,
que una pregunta le voy a hacer'
'¿Usted ha visto a mi marido
en la guerra alguna vez?'
'Yo no he visto a su marido,
ni tampoco sé quién es.'
'Mi marido es alto y rubio,
y buen mozo como usted,
y en la punta de la espada
lleva escrito San Andrés'
Por los datos que me ha dado,
su marido muerto es,
y me ha dicho que me case con usted.
Eso sí que no lo haré,
he esperado siete años
y otros siete esperaré.
Si a los catorce años no viene
a un convento yo me iré,
y a mis dos hijas mujeres
conmigo las llevaré,
y a mis dos hijos varones
a la patria entregaré.
Calla calla, Catalina,
calla calla de una vez,
estás hablando con tu marido
y no lo puedes reconocer.
Así termina esta historia
de una infeliz mujer
que estaba hablando con su marido
y no lo podía reconocer...



Es taan frecuente que pase como le pasó a la Catalina. Pobre, yo no la juzgo, por algo cantabamos esta canción a los seis años.-